La vegetación espontánea se podría definir como un conjunto de especies
vegetales que se instala sobre el terreno desnudo o sustituye a otras
anteriormente existentes sin intervención directa del hombre a través de
siembras, plantaciones, eliminación selectiva, etc. En un principio no debe preocuparnos
ni pensar que son un problema para nuestro huerto. El que tengamos más o menos
este tipo de vegetación, desde mi punto de vista, puede presentar muy
beneficiosas. Desde mi inicio en 2010 en la horticultura ecológica, parto de
un suelo completamente desnudo, compacto y pobre, obteniendo en 2012 una
cubierta vegetal en torno al 70% en 2014 puedo decir que la cobertura vegetal esta entorno al 85% e incrementándose. En los primeros años, he observado una mejora de
las propiedades del suelo, entre las que puedo nombrar:
- Mayor
contenido en materia orgánica.
- Aumento de la profundidad de las labores en el suelo.
- Mayor porosidad mejorando la infiltración y retención del agua.
- Aumento en la población de lombrices.
- Reducción de la exposición del suelo al sol, manteniendo la
humedad en el mismo durante más tiempo.
Algunas de estas plantas que aparecen en el suelo
pueden ser indicadores de la calidad, es conocido el caso de la ortiga,
que además de ser un insecticida natural, fortalece el sistema inmunológico de
las plantas y favorece el crecimiento de estas. También podemos
nombrar las amapolas, que nos marcan un suelo con alto contenido en
materia orgánica. En el lado opuesto encontramos el jaramago que es un
chivato de suelos abandonados y en proceso de degradación o la Moricandia
arvensis, que aparecen en suelos muy degradados.
En mi caso, esta cubierta vegetal, ha permitido
mantener durante más tiempo la humedad en el suelo tras un riego, además de
mantener una textura más esponjosa y minimizar el ataque de
insectos y aves sobre mis plantones.
Para llevar a cabo este control de la vegetación
espontánea, solo he actuado en la zona donde se va a disponer el huerto,
manteniendo esta vegetación en el resto de la parcela. Para ello, el primer
paso es realizar un desbrozado mecanizado desde la parte más alta de la
planta hacia la raíz, de forma que los restos vegetales queden lo más picados
posible (esta operación puede variar atendiendo al tipo de maquinaria de que
dispongamos, es decir, si disponemos de una picadora, corta césped, azada,
etc.) . Finalizado el desbroce, recojo la mayor parte del vegetal (no hace
falta dejar el suelo completamente limpio, puesto que los restos vegetales de
menor tamaño se van a incorporar cuando realicemos el laboreo). El vegetal
recogido pasará a formar parte del futuro compost vegetal.
Debido a que este año está siendo especialmente seco,
antes de labrar aplico un riego abundante con la finalidad de ablandar el
suelo. Tras esperar que el agua cumpla su función (reblandecer el suelo),
al día siguiente realizo un laboreo con moto azada en 4*
pases cruzados (2+2).
Una vez finalizado el laboreo, comienzo con la
disposición de las camas y lomos donde colocaré los plantones. El tamaño
de las camas varía en función del tipo de planteras, es decir, si es de mata
corta o mata larga, la cama será más grande, 1,5 a 2 metros, o pequeña, 1 a
1,5. Yo recomiendo camas más pequeñas de 1 metro aproximadamente, sea
como sea la mata. Es por ello que vamos a inducir a los plantones a
competir por luz, lo que va a permitir que crezcan más (de esta forma
al cubrir el suelo, van a reducir la aparición de vegetación espontánea
en los lomos).
Otro efecto beneficioso es que ellas mismas se van a provocar
sombra sobre flores y frutos, impidiendo que los fruto se solanen
(coloración amarillo-pardo) y presente peor aspecto y calidad.
Una vez creada la cama, colocaremos los
plantones. A medida que vamos regando y nuestras planteras, estas comenzaran a
crecer y al mismo tiempo comenzaran ha aparecer nuevamente las
"malas hierbas". En mi caso, solo voy a intervenir en
aquellas plantas que se encuentran más próximas a los plantones, ya que
son estas las que van a competir por los recursos. Las que se encuentran en el
centro de la cama, alejadas del plantón formaran una nueva cubierta protectora,
reduciendo los efectos de desecación del suelo por acción del viento o del
sol.
Hay que tener en cuenta que el
suelo posee una estructura porosa que permite que el agua quede retenida y
disponible para la planta. Para reducir la pérdida de agua por
evaporación NO altero el suelo. Es por ello que la
extracción de esta vegetación espontánea la realizo de forma
específica y manual (es más laborioso), evitando el
remover mayor superficie de suelo (a nadie se le ocurre estar todo el día
mullendo el suelo en los pies de los árboles y sin embargo observamos que
crecen bastante bien). De todas formas, eso es fácil comprobarlo, solo basta
con escaldar 2 plantas, una por día, para darnos cuenta de ello.
Cuando realicemos la extracción, debe de
ser completa, es decir, raíces, bulbos, etc. para evitar el rebrote. Para ello
aconsejo realizar esta operación tras el riego, ya que el suelo estará más blando.
Otra formas de controlar esta vegetación
sin afectar a la humedad de este es con el uso de una cubierta seca
de residuo vegetal,. Podemos usar la que se extrajo durante el desbroce
inicial. Este abrigo natural, además de mantener la humedad, va a dificultar el
establecimiento de semillas procedentes de las "malas hierbas".
También podemos realizar un riego localizado por
goteo, reduciendo el consumo de agua, aunque se encarecen más los costes.
Otra técnica bastante efectiva es colocar
un plástico de color negro en lomos y camas. Debemos de ir haciendo
unos pequeños agujeros en los puntos donde vamos a situar el plantón. De esta
forma evitaremos la aparición de vegetación espontánea en lomos y camas, aunque
sí aparecerán en los surcos. Debemos tener en cuenta el tamaño del huerto,
puesto que cuanto más superficie tengamos, mayor cantidad de plástico
necesitaremos y mayores costes a la vez que tendremos más residuos
contaminantes.
Como última solución, nos queda el empleo de
agro-químicos. Podemos encontrar una amplia gama de productos disponibles
en el mercado, pero debemos tener en cuenta que, a partir de este
momento, abandonaremos la agricultura ecológica para realizar una
agricultura convencional.
En resumen, la aparición de vegetación espontánea
presenta mayores efectos positivos que negativos . Siempre vamos a
tener "malas hierbas" en nuestro huerto, lo que debemos de hacer
es conocer cuales nos va a reportar mayores beneficios ecológicos. Cada
una de ellas nos va aportar unas propiedades que a simple vista no
apreciamos, pero en conjunto, nos va a favorecer las condiciones del
suelo, influyendo sobre el aumento de materia orgánica, minimizando el
ataque de plagas, como descompactadores naturales, formando barreras biológicas,
atracción de insectos polinizadores, manteniendo la humedad, almacenando
de agua, mejorando la infiltración, controlando de la erosión en suelos con
fuertes pendiente, etc.
* Todas estas actuaciones se debe a las condiciones concretas de mi parcela, el suelo estaba completamente desnudo y el objetivo fertilizar el suelo con una cubierta vegetal. Por un lado he rechazado el aplicar abonos químico o el tener que comprar abonos naturales. Por otro lado, el alto grado de compactación del suelo me obliga a realizar estos cuatro pases, puesto que la profundidad no sobrepasa los 15 cm. Para suelos menos compactados con 2 pases cruzados es suficiente.
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