Como punto de partida, he calculado
el desnivel en la zona del huerto, (la zona más alejada de
la casa presenta una mayor altura que la más próxima). Ello me produce que cuando riego el surco, las plantas
situada en la zona más elevada apenas mantiene la humedad y para que
le llegue el agua tengo que inundar todo el huerto.
Una vez señalado el desnivel, azadón en mano, he
comenzado a rebajar la zona más elevada, que en mi caso son 6 cm de
profundida, reduciéndose a medida que
me voy acercando a la casa. En la imagen se puede ver la zona las elevada y la
más baja. En la imagen superior se puede observar uno de los efectos
presentes tras un riego copioso produciendo que el agua salga del surco.
En este caso, he optado por construir un pequeño
peralte para evitar que el agua se pierda y por otro lado, he
conseguido aumentar la altura de la columna de agua, permitiendo de esta forma
que se pueda regar la zona más elevada.
El suelo sobrante lo he distribuido sobre
la zona más baja. El inconveniente que se me presenta es que voy a
necesitar más cantidad de suelo del que dispongo, lo que me obliga a esperar al
final de la recolección para continuar con la nivelación y corregir finalmente
este problema.
Por otro lado, he aumentado la profundidad del
surco, para que el agua circule lentamente favoreciendo
durante más tiempo que el suelo este húmedo y disponible para la planta.
En aquellas zonas donde se localiza el plantón,
he hecho una pequeña poza de unos 10 cm de profundidad para aumentar la
retención del agua.
Para aquellas plantas situadas en puntos más
alejados del canal principal, he optado por crear un pequeño canal.
Otra opción, para controlar la velocidad de avance del
agua o evitar que esta pase de largo, he colocado un pequeñas trozo de madera
recubierto con suelo a forma de presas, de esta forma mantendremos durante más
tiempo el suelo húmedo.
Si se dispone de recursos
económicos, se puede comprar uno, dos o los camiones de suelo fértil
que haga falta, para relleno. Por otro lado, se puede hacer lo mismo pero
con abono. El compost de lombriz es muy efectivo, ya que es uno de los
pocos fertilizantes orgánicos y es el único abono orgánico con fibra
bacteriana capaz de enriquecer y regenerar el suelo, aunque esto último será
más lento.
Hay otro truquillo para corregir el efecto de la
pendiente sin necesidad de realizar las operaciones anteriormente
nombradas, aunque eso sí, no nos va a quedar más remedio que aplicarlo siempre
(en la zona afectada), y es hacer los surcos en forma de "S" o
"III" perpendicular a la pendiente del terreno. Este último nos va a
obligar a cambiar la manguera de surco a surco cuando reguemos (un
coñazo), ya que lo que pretendemos es facilitar las tareas.
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